Como se puede comprobar, el macho de escribano montesino es inconfundible, un precioso pajarín gracias a las listas longitudinales negras que destacan sobre la cabeza grisácea. El obispillo y el vientre son de un ocre vivo. Se mueve normalmente por el suelo o ramas de matorral a poca altura.
La hembra es menos vistosa, con una coloración similar pero mucho más apagada, aquí la tenemos comiendo junto con el macho.
En verano se alimentan de insectos capturados entre las ramas o en el suelo. Son hábiles cazadores, capaces de apresar una araña después de haberse lanzado sobre ella en vuelo. En otoño e invierno sin embargo se alimentan de semillas, sobre todo de hierbas, bajando de nievel en esta época llegando hasta el nivel del mar.
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