miércoles, 18 de mayo de 2011

Sapillo pintojo

Pequeños regatos y arroyos, cunetas bordeando caminos o carreteras locales, modestos encharcamientos cerca de abrevaderos o fuentes...estos son los hábitats en los que podemos encontrar en esta época a las larvas de uno de nuestros más modestos anfibios, el sapillo pintojo ibérico Discoglossus galganoi. Se trata de un endemismo del noroeste perteneciente a la familia de los discoglósidos, grupo de anuros bastante primitivo que se llaman de este modo porque las especies que la forman tienen la lengua de forma discoidal (gloss = lengua).

La lengua de los discoglósidos también es aplanada y no dispone de casi movilidad porque está unida por casi toda la base, de ahí que los discoglósidos deben atrapar sus presas con las mandíbulas.



Los renacuajos de sapillo pintojo son muy pequeños, pudiendo alcanzar una longitud de 25 a 35 mm, y presentan unas pintas muy características. Su desarrollo es variable, entre uno y dos meses, y se encuentran fundamentalmente en primavera, y si la temporada es favorable también en verano, ya que los sapillos se reproducen entre dos y tres veces al año. En Asturias se encuentran sobre todo por debajo de los 600 m, altitud a la cual localicé estos renacuajos en un pequeño curso de agua en Salas.

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