Durante esta semana hemos podido asistir a la tradicional llegada de petirrojos (Erithacus rubecula) a Asturies procedentes de sus áreas de cría europeas. Si bien el popular raitán es un pajarín habitual todo el año, a partir de octubre se vuelve extraordinariamente frecuente debido a esta entrada de migrantes, que este año ha sido especialmente numerosa debido a las circunstancias climatológicas.
Si bien esta arribada de miles de petirrojos es especialmente apreciable en la costa, en las zonas interiores también se hace notar, como éste que fotografié cerca de Tineo. Tras tomar tierra, comienzan las luchas entre los distintos raitanes, extraordinariamente territoriales, por tomar posesión de su parcela en la que pasarán entre 4 y 5 meses de su vida antes de volver a sus lugares de cría.
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