Hace unos días viajando por el corredor del Narcea, ya pasado el embalse de Pilotuerto, me fijé en que a la derecha de la carretera destacaba el perfil inconfundible de una
marta Martes martes aparentemente atropellada. Así que como suelo hacer cuando es posible paré el coche un poco más adelante para hacerle alguna foto al pobre bicho.
Pero cual fue mi sorpresa al ver que el animalín se movía, sí, se movía. Estaba atontado pero aún vivo. Así que lo cogí para apartarlo del arcén, porque sí por alguna causa volvía a la carretera fijo que alguno de los coches que por ahí pasan a toda velocidad terminaba de rematarlo.
Una vez que lo llevé a lugar seguro cerca de mi coche lo miré mejor a ver que le ocurría, y por suerte parecía tener tan sólo un golpe en la cara, por el que manaba algo de sangre pero nada grave. Llamé entonces a la Guardería de Medio Ambiente del Principado para que viniese a por él, un guarda llegó al poco rato y lo recogió. Una vez recuperado fue devuelto a su medio natural.
Esta tarde por la misma zona me he vuelto a encontrar con otra marta atropellada, por desgracia este ejemplar estaba muerto y bien muerto.
El año pasado, por estas mismas fechas, ya comenté en el blog el
hallazgo de otros dos ejemplares en la misma zona. Se trata de un tramo de carretera entre la cola del embalse de Pilotuerto y el cruce del Puente del Infierno, entre Tineo y Cangas del Narcea. Un notable punto negro para la marta, que por otro lado es realmente difícil de localizar atropellada en otros lugares.
Ah, por cierto, sin duda no se trataba del mismo ejemplar, porque este de hoy era una hembra y el del otro día un macho, como bien se puede apreciar en esta foto.