Estamos en época de odonatos. Por todas las zonas húmedas de nuestra geografía (ríos, arroyos, lagunas, charcas...) van emergiendo los adultos de libélulas y caballitos del diablo. Las hay pequeñas y grandes, atrevidas y escondedizas, y siempre con una panoplia de colores; azul, rojo, verde, amarillo...
Una de las más bonitas quizá sea la conocida como "libélula del vientre plano" Libellula depressa. Como su nombre bien indica, presenta el vientre claramente aplanado, uno de sus rasgos característicos es precisamente ese, la forma del vientre. En las hembras es de color amarillento, pero en los machos es claramente azulado, con unas manchas amarillas en los flancos. El resto del cuerpo es oscuro, parece que más oscuro cuanto más maduro es el adulto, y presenta unas manchas en la base de las alas.
Hace unos días me encontré con este macho en una pequeña charquita del concejo de Salas. Su comportamiento era el típico de esta especie, volando regularmente alrededor de su territorio, que era la charquita entera, de no más de 6 m2, y retornando siempre al mismo posadero. Esta especie es típica de las masas de agua más reducidas, y el desarrollo de las larvas dura entre 1 y 2 años. Vuela de mayo a agosto.
Aunque presenta una amplia distribución geográfica en Europa y Asia, es Asturias no es de las especies más abundantes, más bien lo contrario. Se puede presentar desde el nivel del mar hasta altitudes por encima de los 1.000 metros.
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