La primera de ellos es Milesia crabroniformis, el sírfido de mayor tamaño de la entomofauna asturiana, midiendo entre 22 y 25 mm. Se llama así porque guarda un gran parecido con la avispa Vespa crabro, con lo cual logra despistar a sus depredadores, fenómeno que se conoce como mimetismo batesiano. Se encuentra en el sur de Europa y norte de África, aunque no es muy abundante, desde junio a octubre.
Milesia crabroniformis
Quizá no sólo guarde parecido en su aspecto sino también en su comportamiento, de hecho estos ejemplares que localicé en las sierras de Salas parecía que estaban cazando, al acecho de enjambre de otras moscas y aparentemente volando tras ellas. Por ello me tuvo bastante tiempo desconcertado, hasta que mis compañeras Marián y Piluca me ayudaron en la identificación.
La segunda es la conocida como mosca cernidora de invierno Episyrphus balteatus, un sírfido pequeño, de brillantes tonos y aproximadamente 10 mm de largo, cuyas larvas son depredadoras de áfidos, por lo cual se ha utilizado como un agente biológico en las plagas de pulgón. Los adultos, como todos los sírfidos, son activos polinizadores.
Episyrphus balteatus
A pesar de su pequeño tamaño, y como ocurre a veces en el sorprendente mundo de los insectos, esta especie es un activo migrador. En el reino Unido están documentadas verdaderas invasiones de estas pequeñas e inofensivas moscas, que causan gran alarma por su parecido con las avispas, la última de ellas tuvo lugar en el verano de 2004.
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