En un pastizal de una sierra de Salas me encuentro con un ejemplar juvenil de lagartija de turbera Zootoca vivipara. Feliz hallazgo, ya que es un reptil difícil de localizar. En primer lugar, por su coloración que es totalmente oscura, sin duda para favorecer un mejor camuflaje. En segundo lugar, por el hábitat en el cual se distribuye, ya que a diferencia de otras lagartijas no vive en zonas rocosas donde se localiza con mayor facilidad, sino en formaciones de brezal ralo y pastizal. De hecho, al menos en las poblaciones que yo conozco en Asturias, el nombre que esta lagartija recibe en castellano no se corresponde con la realidad, ya que no se circunscribe ni mucho menos a las zonas de turbera. Muy inquieta, la única foto que pude hacerle fue un momento que le gusto mi pantalón y se subió a él.
Esta especie presenta un gran área de distribución a lo largo de gran parte de Eurasia, aunque en la Península Ibérica se restringe a la zona norte, desde los Pirineos hasta el occidente de Asturias, con ligeras incursiones en Galicia. En esta zona conviven diversas subespecies, y las poblaciones cantábricas han sido descritas en un reciente artículo muy interesante como pertenecientes a la subespecie louislantzi. Su principal característica es que, a diferencia de la mayor parte de otras poblaciones, no es ovovivípara, es decir, no da a luz a crías vivas, sino que es vivípara, y las hembras ponen huevos, aunque parcialmente desarrollados.
Aquí subo la foto de antes sin recortar, para comprobar lo pequeñita que es la cría de lagartija.
En agosto y septiembre es cuando eclosionan las crías de lagartija de turbera. Muy pronto, en octubre o noviembre, entrarán en su periodo de hibernación.
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